El Festival Ibérico de Cine clausura su 30ª edición registrando una asistencia de 3.500 espectadores, quienes disfrutaron de una variada programación de proyecciones, actividades y conciertos del 8 al 12 de julio. Este año, el festival ha vuelto a superar las expectativas, consolidándose como un evento cultural de referencia en la región.
Desde su inauguración, el Ibérico de Cine ofreció una programación variada y de calidad, atrayendo a un público de carácter popular pero también respondiendo a las inquietudes de los más cinéfilos.La semana comenzó con el estreno absoluto de la miniserie, Sr. Rui: Un Homem do Povo, un biopic de Rui Nabeiro, fundador del Grupo Delta Cafés; seguido, por la primera sesión del Certamen de cortometrajes. En total, las tres Sesiones Oficiales celebradas en Badajoz, Olivenza y San Vicente de Alcántara congregaron a más de 1.000 personas que pudieron visualizar los 20 cortometrajes seleccionados entre los 1.051 filmes recibidos. Estos públicos diversos escogieron como ganadores de los Onofres a los Premios del Público los cortometrajes Troleig de Luis Eduardo Pérez Cuevas, Aunque es de Noche de Guillermo García López y La ley del más fuerte de Raúl Monge.
El festival también dedicó un espacio significativo a los más pequeños con el Festival Dos Miúdos, que contó con la destacada participación de 571 niños y niñas entre las tres localidades, galardonando al cortometraje Homework de Nacho Arjona.
Los eventos de música de cine, uno dedicado a las bandas sonoras del compositor Carles Cases en el MEIAC, y otro homenaje a Alejandro Pachón, director de los últimos 25 años del festival, recientemente fallecido, con obras de Ennio Morricone orquestadas por Carles Cases e interpretada por la Orquesta de Extremadura junto a la String Band de éste en el Palacio de Congresos de Badajoz Manuel Rojas, atrajeron a más de 850 espectadores.
Uno de los momentos más esperados del festival fue la premier Cuerpo Escombro, la divertida comedia del director y guionista pacense Curro Velázquez, con Dani Rovira, Ernesto Sevilla y Juan Manuel Montilla “El Langui” en los roles principales. Esta proyección, que se realizó en Badajoz antes de su estreno comercial previsto para el 9 de agosto, llenó el Teatro López de Ayala con 600 espectadores.
La XXX edición cerró el pasado viernes con el Certamen extremeño y la proyección de cinco trabajos que muestran la buena salud del cine realizado por extremeños y extremeñas o por productoras de nuestra Comunidad, este año incluyendo una coproducción de animación con Portugal (Sardinha en Lata) y España (The Glow) que resultó ganadora del Premio Reyes Abades al Mejor Cortometraje Extremeño, O estado de Alma de Sara Naves.
La gala de clausura puso el broche de oro al festival, celebrándose en la terraza del Teatro López de Ayala y conducida por la monologuista y cómica Ana Rosa Alegre. En ella, 306 personas celebraron los éxitos de los cortometrajes participantes y disfrutaron de la entrega de premios. El cortometraje A rapariga de olhos grandes e o rapaz de pernas compridas de Maria Hespanhol se alzó como el gran triunfador de la noche, llevándose tres estatuillas Onofres, incluyendo el Premio al Mejor Cortometraje.
En total, la sede principal en Badajoz registró una afluencia de casi 3.000 espectadores, consolidando el crecimiento y la aceptación del festival entre el público local y visitantes. Y las proyecciones en San Vicente y Olivenza también registraron una notable afluencia de público, alcanzando el total de 3.500 asistentes.
El director del festival, Francisco Espada, se muestra satisfecho con los resultados y destaca el aumento en la participación: «El festival está concebido como un lugar de encuentro, una oportunidad para creadores y espectadores de relacionarse sin intermediarios. Es una fiesta en la que compartir la pasión por el cine y donde conocer a los cineastas que comienzan a escribir el presente y que escribirán el futuro del cine de España y Portugal. Este año, con 3.500 espectadores, hemos superado nuestras expectativas y seguimos comprometidos en ofrecer una programación de calidad y accesible para todos».
La 30ª edición del Festival Ibérico de Cine no solo ha sido un éxito en términos de asistencia, sino que también ha reforzado su papel como plataforma para el cine ibérico, ofreciendo una ventana a la creatividad y talento de cineastas de España y Portugal.