El concierto

MÚSICA DE CINE DEL COMPOSITOR JOSÉ NIETO

Concierto patrocinado por

A mi generación la primera música de cine llegó a través de Tiomkim o Rosza; los temas de “El Álamo” o “Quo Vadis” no los conocímos por los discos, sino habiendo visto las películas decenas de veces. A mediados de los sesenta empezó la edad de oro de la música en el cine: Morricone, Goldsmith, Williams, Jarre… y, como consecuencia, el coleccionismo de bandas sonoras. Se había producido un importante relevo y, aquí en España, esa transición audiovisual corresponde con el periodo histórico de la transición política, la que mostraba a través de discos los scores más reclamados. ¿Quién me iba a decir que en 1988 conocería personalmente a las primeras figuras del soundtrack con motivo de los Encuentros Internacionales de Música y Cine de Sevilla?; a Ennio Morricone, Maurice Jarre, Alex North… y José Nieto.

Yo buscaba un compositor de cine español como objeto de mi tesis doctoral y José Nieto entraba dentro del estilo y la tendencia que me interesaba con una evolución de instrumentista de pop y jazz a compositor sinfónico muy similar a la de John Barry. Cuando comencé la tarea su obra no era demasiado amplia y sólo tenía una b/s editada: “El caballero del dragón” (F. Colomo, 1985). Con gran generosidad, Nieto se prestó a dialogar conmigo a lo largo de varias sesiones y me mostró que su espectro musical era amplio y meditado. Por un lado, estaba su formación jazzística y de música ligera, en las que ejerció como instrumentista, arreglista o productor, capaz de conseguir sonidos y ritmos novedosos y populares con fusiones como la del flamenco con el “rock”. En el otro extremo estaba su conocimiento de los primeros compositores de música española para cine, como Manuel Parada o Jesús García Leoz, algunas de cuyas partituras rescató en nuevas grabaciones (“Los últimos de Filipinas”, “Bienvenido Mr. Marshall) y, como culmen de esa tarea casi arqueológica, grabó una partitura original para la versión muda de “La aldea maldita” de Florián Rey, con motivo de su restauración y presentación en el festival de Valladolid.

Una de sus características reside en su manera discreta de ubicar la música en el momento visual o temático más oportuno, para luego hacerla crecer hasta su culmen, de elegir la instrumentación más idónea y de desarrollar a lo largo del metraje un tema en principio apenas sugerido, como es el caso de “El Lute” o “Amantes” y que cito porque tienen bastante que ver con el folklore de Extremadura y Castilla.

Nieto es el músico que consiguió que muchos directores españoles para los que la banda sonora no era importante aceptaran el valor del montaje melódico y rítmico y la calidad de las nuevas formas de grabación, montaje y reproducción. Dos nombres habría que destacar, cuyas películas no tendrían mucho sentido sin su música: Vicente Aranda e Imanol Uribe.

Para Aranda evolucionó desde la concisión y la inserción orgánica al lirismo pasional de “Carmen” (2003). En el caso de Uribe, de la potencia expresiva de la percusión en “Días contados”, (1994), a la melancólica tragedia de “Celos”, (1999).

También conviene destacar las facetas más épicas de sus trabajos en “El caballero del dragón”, “Los jinetes del alba” (V. Aranda, 1991) o “Libertarias” (V. Aranda, 1996), o de documentales como “Capitán Cook” (L.G. Clark, 1987), sin pasar por alto la gran influencia histórica del score de la serie de televisión “Teresa de Jesús” (Josefina Molina, 1983).

Ganador del premio Goya en seis ocasiones y del premio nacional de cinematografía, aún se recuerdan sus trabajos para la Expo 92 de Sevilla, así como para otros ámbitos escénicos y espectáculos, o de sus ballets.

José Nieto es un hombre de una amplísima cultura, y no sólo musical, lo que le permite introducir aires de jazz, sinfónicos, folclóricos o étnicos en sus trabajos. Trabajos que, pese a su brillantez autónoma, se muestran como herramientas al servicio del montaje, el guión y el estilo visual.

Es también un gran profesor y difusor de la importancia de la música cinematográfica. Didáctico, ameno y riguroso, muchos alumnos de conservatorios y universidades conocen los entresijos del lenguaje audiovisual gracias a él.

En mi caso concreto, su ayuda y atención me permitieron conocer de cerca un momento histórico de la música de cine española y descubrir a una persona afable y sencilla, aun tratándose de una de las figuras más importantes en el desarrollo de la historia de nuestro cine a finales del siglo XX.

En este concierto que celebramos dentro del FIC, con la inestimable colaboración de la Orquesta de Extremadura, encontramos una selección de su versátil filmografía, un repertorio en el que lo épico y lo íntimo confluyen con la armonía que sólo grandes maestros como José Nieto saben conseguir.