Más de 3.000 asistentes, récord de espectadores en las sesiones de cortometrajes y una programación de alta calidad que volvió a unir talento de España y Portugal.
El Festival Ibérico de Cine (FIC) clausura su 31ª edición con un balance más que positivo y un dato que confirma su buena salud: cada año son más las personas que disfrutan de los cortometrajes programados. En esta edición, más de 3.000 personas han pasado por las distintas sedes del certamen —Badajoz, Olivenza y San Vicente de Alcántara— y, aunque en 2024 se alcanzó una cifra total mayor, también hubo más actividades. 2025 se convierte en el año con más público de su Sesión Oficial de cortometrajes, el corazón del festival con sus proyecciones al aire libre.
El festival, que proyectó una cuidada selección de cortometrajes españoles y portugueses, elegidos de entre las 1.200 recibidos, volvió a demostrar su vocación de puente cultural entre ambos países. La variedad temática, de técnicas y de estilos —del drama social al humor, pasando por la animación y la ciencia ficción— generó un clima de debate y disfrute que se reflejó también en las votaciones del público: este año estuvieron muy repartidas, con casi todas las obras recibiendo votos, señal inequívoca de que la programación acertó de lleno en los gustos de la audiencia.
Uno de los hitos más celebrados ha sido la asistencia del Festival dos Miúdos, la sección infantil del FIC. Este año 440 niños participaron en las sesiones diseñadas especialmente para ellos, convirtiendo las mañanas en un hervidero de risas, preguntas y primeras emociones cinematográficas.
El festival también brilló en el ámbito musical, con dos citas que pusieron el broche perfecto a la experiencia cinematográfica: “De la pantalla al atril”, un concierto con la Orquesta de Extremadura dirigida por Federico Jusid, llenó el Palacio de Congresos Manuel Rojas de Badajoz de emoción, repasando las bandas sonoras de películas y series de éste reconocido compositor internacional. Y “Kongorld y Joyas del Cine”, un recital único a cargo de Heidi Hatch (violín) y Daahoud Salim (piano), volvió a colgar el cartel de aforo completo en el MEIAC con un viaje musical por algunas de las partituras más bellas del séptimo arte.
“Ha sido una edición gratificante, la respuesta del público ha sido extraordinaria, y la calidad de cortometrajes que demuestra el gran momento creativo que viven España y Portugal. El FIC sigue creciendo y lo hace gracias al compromiso de quienes vienen a disfrutarlo cada año”, subraya el director del festival, Francisco Espada.
Además, el Certamen Extremeño de Cortometrajes puso en valor el talento de la región, con obras que compitieron por el Premio Reyes Abades —que finalmente recayó en Happy Hour, dirigido por Nico Romero y Álvaro Monje— y demostraron el gran nivel de creación audiovisual que existe en Extremadura.
En el palmarés de esta edición destacó el triunfo del cortometraje portugués “Porta-te bem”, de Joana Alves, que se alzó con el Onofre al Mejor Cortometraje y mejor Música Original. También se reconoció el talento catalán gracias a “El Príncep”, de Alex Sardá, que obtuvo tres Onofres, entre ellos el de Mejor Dirección. De Sucre, un trabajo que aborda la maternidad en mujeres con diversidad funcional fue galardonado con El Premio del Jurado Joven y obtuvo el Onofre para su actriz protagonistas. Además, el Premio del Público en Badajoz recayó en “À medida que fomos recuperando a mãe”, de Gonçalo Waddington; en Olivenza, en “Ne me quitte pas”, de Karim Hoo Do; mientras que en San Vicente de Alcántara fue para la comedia “All you need is love”, de Dany Ruz. Y entre otros, el Premio del Público Infantil fue para “Lights”, de Aitana Cantero y María Isabel Sáiz. Un palmarés que refleja la variedad y calidad de las obras seleccionadas, procedentes de diferentes rincones de la península ibérica, mostrando que, con 31 años de trayectoria, el FIC reafirma su posición como referente del cortometraje y como cita imprescindible para descubrir nuevos talentos y compartir cine sin fronteras.